De Post Rock y Cine

-A manera de apuntes aislados-
Por: Heidy Cásarez 


I.
El Post Rock, sin protocolos ni miramientos, es música para llevarse en los ojos más que en los oídos… ello bajo la orgánica consigna de liberarse, de purificarse y de arriesgarse a volar en las alturas de asfalto con pies repletos del plumaje más azul.

Post Rock, en su significante, es el sonido del viaje, del exilio y del éxodo. En el Post Rock, y también en todos sus posibles significados, la maleta es uno mismo… y los ojos, ya sea cerrados o bien abiertos, son quienes, en secreto, le cuentan al corazón lo que ven y, también, lo que no es…

II.

Pensar el cine desde su propia construcción es enmienda no sólo de quienes lo siguen y lo admiran sino de quienes elucubran su proceso en tanto su valor de obra de arte. Así pues, el cine contemporáneo no sólo merece sino que demanda, además de realización y producción meritorias, que se reflexione desde la diversificación de sus elementos discursivos visuales y narrativos argumentales a través de una gama de ideas provenientes de la filosofía, la semiótica y la estética, justificando su construcción como Tiempo formal, conceptual, estructural, cinemático e ideológico-social.

Así, bajo las anteriores premisas, al albergar y sostener que el Post Rock es la música de los ojos que recrea imágenes particulares a través del enchufe con las emociones, sobre todo con la nostalgia por un presente que se vive metafórica y plásticamente desde la tierra, añorándose justamente desde lo terrenal, es prudente esculpir las miradas y conferirlas a quienes, en su apoyo y rescate, autónomos ambos, lo avalan: las imágenes.

III.

El desarrollo musical del Post Rock se originó sin una constante determinante y justamente ello hizo de este género una necesaria caída en el deseo de comparecer ante lo que es no siendo, donde sus primeros acordes, dados a través de un piano o una guitarra, intiman con los de otros instrumentos, sumándose uno al otro, paulatina, lentamente, gradualmente: en su ininterrumpido coqueteo follan tan con suavidad hasta originar un éxtasis donde el orgasmo se perpetra y el cansancio queda a un lado de más deseo donde el límite es actancial, creando así una película de valor inestimable, a veces asequible, aunque casi siempre indulgente a los sentidos.

El Post Rock es, sin más ni más, la imagen imaginada: así como el Cine…